Como elegir nuestro cachorro de galgo afgano
Querer un perro es un deseo ligado a un compromiso de responsabilidad, van a ser muchos años de convivencia, este compromiso se adquiere para siempre y debemos saber que somos los encargados de darle una digna y satisfactoria existencia.
Una vez constatado que podemos reunir todo lo necesario para adquirir esta responsabilidad (factores esenciales como economía, tiempo y espacio), podremos comenzar con la selección de nuestro nuevo miembro de la familia.
Siempre la primera opción ha de ser la adopción de un perro en un refugio o protectora de animales. Hay muchos buenos perros de variadas edades que por desgracia se encuentran sin la compañía humana, esperándote para agradecerte tu cariño.
Por otro lado, si tienes claro que para tu estilo de vida y tu carácter tu perro es un afgano, o te sientes un apasionado de la raza y quieres vivir la experiencia de compartir tu tiempo con uno, no te sientas mal por hacer un esfuerzo en conseguirlo, no estás cometiendo por ello ninguna falta moral.
Un galgo afgano sin pedigrí no puede considerarse como tal, en la mayoría de casos su origen será incierto, su crecimiento y salud son una caja de sorpresas, no podrá participar en ninguna competición oficial y le será muy poco probable encontrar alguien interesado en reproducir.
Tenemos que acudir a criadores especializados, por no adquirir los perros directamente a profesionales de cada raza en particular, surgen habituales problemas.
El subvencionar a particulares que no tienen ningún conocimiento ni intención de mantener las características y salud de la raza no es el peor de los males. Desgraciadamente, como entro en detalle en el libro El rey afgano, hay todo un turbio negocio detrás de la venta de animales, muy expandido en un alto porcentaje de tiendas de mascotas actualmente en Europa y que preocupa mucho más a los defensores de los derechos animales.
Los cachorros deben llegar al nuevo hogar directamente de su entorno de cría, sin pasar por otras manos a ser posible.
Ojo, el pedigrí no identifica un perro de calidad, sino un perro de pura raza, debemos saber elegir bien a nuestro criador. El importe del cachorro tampoco es una garantía. No pagar demasiado si no está justificado. Hay criadores ocupando las primeras posiciones de los buscadores de internet que en veinte años no han tenido campeones adultos de ningún país reconocido por la F.C.I.
Para la elección de nuestro cachorro debemos tener paciencia, comparar e informarnos.
Muchas veces los que más dinero piden por un cachorro son la peor elección, habitualmente tienen camadas en todo momento y se puede palpar su afán lucrativo aunque esté bien maquillado por una trabajada apariencia de amor por la raza. Cruzan ejemplares sin títulos o sin ningún criterio de selección, la mayoría se basan en resultados de exposiciones, ya que son cruciales, pero atención, solo de triunfos de ejemplares cachorros y jóvenes o de concursos no oficiales o exposiciones caninas paralelas no regidas por la F.C.I.
El galgo afgano actual, es una raza muy dependiente de las exposiciones caninas, por lo que si nuestra predilección es por un ejemplar de estas líneas, la mejor opción es buscarlo en un criador premiado por su trabajo y selección y no solo por el tiempo dado de alta como criador.
No nos dejemos convencer por labias, pidamos resultados y un precio realmente justificado. Los precios más elevados son para los ejemplares jóvenes con una palpable calidad o adultos ya premiados.
Otro motivo que hace importante el adquirir tu afgano a un profesional es que el carácter de tu cachorro, tiene que estar trabajado desde que nace. No solo la salud se ve afectada en un buen cuidado en la lactancia y los primeros meses de vida. Un criador profesional ha de dedicarle tiempo a los cachorros esos dos o tres meses antes de la partida a su nuevo hogar.
Un perro equilibrado es resultado de una salud plena y una correcta sociabilización. Ya desde antes del embarazo su madre tiene que tener una especial atención veterinaria y adecuar su alimentación y ejercicio, al igual que durante la gestación y finalmente en la lactancia.
En cuanto a los cachorros, han de disponer de unas condiciones especiales de higiene y desde que nacen, exponerse a una serie de estímulos en paralelo a su crecimiento, lo que denominamos etapa de impregnación, que los alejará de miedos que puedan provocar una reacción indeseada en su etapa adulta.
Todo criador respetable debe orientar a los nuevos propietarios a como continuar con la sociabilización de su nueva mascota, puesto que en el afgano especialmente, se puede alargar hasta casi el año para evitar las fobias que fácilmente adquiere la raza si no está completamente sociabilizada.
Toda esta atención para la hembra y sus cachorros se verá reflejada en un sano desarrollo del perro a lo largo de toda su vida y un carácter a la altura de las expectativas.
Debemos evitar el envío de cachorros por mensajería, todo el trabajo del criador se puede venir abajo en ese trayecto. La salud tanto física como psíquica se pone en seria vulnerabilidad en estos envíos a tan temprana edad.
Si deseamos tener un buen cachorro e invertimos en él, debemos recogerlo en la medida de lo posible personalmente, completando la experiencia al conocer en persona a sus progenitores y conversando sobre los futuros cuidados compartiendo conocimientos y dudas con el criador.
Jose Salgueiro
©Escarlata de Biebrich