Cuidados del galgo afgano
Dependiendo del largo del cabello que queramos el cuidado del pelo nos exigirá mayor o menor tiempo de dedicación.
Si no nos interesa un manto especialmente largo debemos cortarle el pelo con máquina de cuchilla o con tijeras de esculpir y tijeras corrientes de peluquería.
El corte lo haremos cada tres meses aproximadamente, dependiendo del volumen y rapidez de crecimiento de pelo de ese ejemplar en concreto.
Durante el periodo entre corte y corte el mantenimiento será como el de cualquier raza canina de pelo corto, limpiándolo y cepillando para mantenerlo en buenas condiciones de higiene.
Si nuestra intención es tener una melena de media a larga longitud, requerirá una serie de rutinas, conocimientos y un mínimo de material de peluquería.
No nos debe de causar temor alguno ser nosotros mismos los que nos encarguemos personalmente del arreglo, es una cuestión de constancia y con los conocimientos completos que contiene el libro disponible en esta misma web, El rey afgano, cualquiera podrá alcanzar el nivel necesario para un desenlace espectacular.
Si lo bañamos semanalmente, nos encontraremos con apenas nudos a la hora del baño. Esos pocos nudos antes del baño o incluso si vemos algunos entre semana, se abren suavemente con los dedos, se desanudan y se evita el cepillado. Luego lo bañaríamos. Al salir del baño, cuando está listo para comenzar a secar, mojado se apreciará perfectamente si algún nudo permanece, lo abrimos igualmente con los dedos y empezamos a cepillar todo el perro acompañados del secador.
El cepillo que usaremos para después del baño y para peinar cuando el pelo esté totalmente limpio y sin nudos es el llamado cepillo de mantequilla de púas medias o largas. Evitar el uso de cardas y también cepillos de uso humano.
La habitación que utilicemos para el baño ha de estar previamente templada a una temperatura media y sin corriente alguna de aire.
Controlaremos también la temperatura del agua, reparando en que los perros tienen una temperatura más alta que nosotros.
Lo empapamos muy bien, metemos el agua hasta las zonas más escondidas, apartando el pelo superior y dirigiendo la ducha al interior, de arriba abajo.
Una vez mojado todo ese lado aplicamos la primera mano de champú, no dediquemos demasiado tiempo al enjabonado, hacerlo bien, pero cuanto antes proceder al aclarado. Comenzamos a aclarar con agua tibia por donde empezamos a aplicar champú.
La segunda y última aplicación del champú es la más importante, aparece mayor cantidad de espuma y mucho más blanca, señal de que el pelo está limpio.
Ya bañado y bien aclarado le escurriremos a conciencia el pelo para sacarnos mucho trabajo a la hora del secado.
Retirada la gran parte del agua procederemos al peinado y secado.
Será fundamental tener espacio abundante de acción en por lo menos un costado y lateral de la mesa. El área de secado al igual que la del baño deberá tener una temperatura media y sin corrientes de aire.
El secado comienza por la silla y cuello del afgano, continuando por cualquiera de las cuatro partes en las que divido al perro.
Colocamos el perro siempre en alto, sobre una mesa o superficie horizontal antideslizante a la altura de nuestra cintura, de aproximadamente un metro de largo por 60 de ancho como mínimo. Todo esto facilitará el trabajo en gran medida y el perro estará más cómodo durante el no poco tiempo requerido.
Primero secamos las zonas de pelo más corto, grupa, silla y el cuello por su zona anterior.
Si el largo del pelo del ejemplar no pasa los diez o doce centímetros se podrá utilizar un secador de pie o de mano. Secaremos rápidamente cepillando todo el
perro de la raíz a las puntas comenzando por los pies. Subiremos en cada pata hasta las zonas superiores sin especial complicación, más que la de centrarse en abrir bien todo el pelo y que no quede ninguna zona húmeda o sin cepillar. Lo haremos con paciencia y en caso de aparecer algún nudo se abriría con las puntas de los dedos y se cepillaría al tiempo que se seca.
Para afganos adultos que se acercan y pasan los quince centímetros en el largo del cabello, comenzaremos por los pies, subiendo al ritmo que nos lleve el secado hasta llegar a la grupa ya secada con antelación.
Abrimos y secamos todo el pelo con paciencia de los pies a los hombros. Secamos el bajo pecho seguidamente pudiendo ayudarnos de pinzas para acceder a las zonas más recónditas, terminando de secar y cepillar llegados al cuello.
El costillar es la zona que reúne el pelo más largo a excepción de las orejas en algunos ejemplares. Aquí es vital el cuidado del área de todo el vientre hasta el bajo pecho, debe ser lo primero a secar en esta zona.
Nos aseguraremos de que no se formen nudos secando y cepillando a conciencia para evitarlo.
Desde esa zona iremos subiendo mechón a mechón secando y cepillando hasta quedar por completo seco, cepillado y liso.
Por último nos quedará la cabeza y orejas. La cabeza se seca teniendo especial precaución con la temperatura del secador y la distancia de secado. Intentaremos no darle en los ojos ni con el cepillo ni con la ráfaga de aire.
Jose Salgueiro
©Escarlata de Biebrich